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Maestro cuenta cómo es operar maquinaria en medio de las solitarias pampas de Copiapó

Autor: Constructor, publicado el

Manuel Martínez lleva cerca de 20 años operando maquinaria pesada. Señala que una de las grandes ventajas de este trabajo es que tiene tiempo de meditar y hablar con Dios. Además, asegura que su próximo objetivo es enseñar a los más jóvenes.

En medio de las desérticas pampas de Copiapó, Región de Atacama, se encuentra Manuel Martínez (46), humilde y esforzado operario que se levanta cada día a manejar maquinaria pesada. A pesar de estar en medio de sus labores, accede con gratitud a contestar el llamado de La Cuarta Constructor para contar cómo ha sido su historia en este rubro y cómo vive su rutina diaria. 

“Gracias a Dios se me dio la oportunidad de trabajar en esto. Cuando comencé, trabajaba en una empresa haciendo aseo y, un día, una persona me ofreció tener la oportunidad de manejar maquinaria pesada. Esa fue una luz que iluminó mi camino. De eso ya han pasado mínimo unos 20 años”, relata el titán. 

Don Manuel aún recuerda cuando era solo un niño y vio por primera vez una operación de maquinaria, dejándolo asombrado. Sin embargo, años después, recién pudo darse cuenta que se trataba de una motoniveladora; una de las tantas máquinas que es capaz de manejar al revés y al derecho en la actualidad. 

“Hoy en día manejo distintos tipos de maquinaria como minicargador, rodillo compactador, rodillo neumático, motoniveladora, cargador frontal y la retroexcavadora”, cuenta orgulloso este padre de dos niñas. 

Consultado sobre lo que más le gusta de trabajar como operario en lugares tan amplios y solitarios, don Manuel es claro: “Lo que más me gusta de trabajar en esto es que uno tiene tiempo para hablar con Dios. Arriba de la máquina, uno solo, piensa muchas cosas, y dentro de esas cosas lo que más pienso es en mi relación con Dios y todo lo que puedo hablar con él”.

Agrega que “en Copiapó nosotros tenemos muchas pampas, mucha planicie, entonces tu miras y solo hay soledad y lugares muy lindos. Ahí es cuando uno piensa en Dios, en la familia, en que estén todos bien, sanos y que nunca a nadie le pase nada”.

Manuel Martínez asegura que la maquinaria le ha dado todo, pero si hay alguna meta que le gustaría cumplir a futuro, eso es enseñar a los más jóvenes todo lo que sabe sobre este rubro. 

“Una de mis metas es llegar a ser instructor. Quizás enseñar en alguna escuela industrial y poder compartir mis conocimientos con los más jóvenes. Eso sería lo más lindo, a lo mejor poder mostrar la maquinaria pesada a niños o niñas de algún liceo, y transmitirles que este es un rubro bien bonito”, sentencia.