Yo Construyo
Lo estafaron al llegar a Chile, pero se supo reinventar y hoy es dueño de su propia mueblería
Autor: Ivan Urbina, publicado el
Al colombiano Julián Toro le prometieron el cielo y la tierra si es que venía a trabajar a Chile, pero todo era falso. Sin embargo, a punta de esfuerzo y perseverancia, logró instalar su propia empresa de muebles en nuestro país.
Una brillante oportunidad laboral se le abrió al colombiano Julián Toro (36) hace algunos años: un empleo con una remuneración de 50 mil pesos chilenos diarios. El requisito era viajar y vivir en dicho país.
Sin embargo, la peor de las pesadillas tuvo lugar en el momento en que se decidió dar el paso. La oferta laboral no era tan color de rosas como decían, y tras viajar a nuestro país tuvo que trabajar en un taller de aluminio por menos del mínimo.
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“Se puede decir que fue una especie de estafa, porque vine por un trabajo sin investigarlo tanto. Entonces estuve trabajando en un taller de aluminio por tres meses donde ganaba 200 mil pesos”, relata el cafetero a La Cuarta Constructor.
En Colombia, Julián trabajó un tiempo como empleado en una empresa de mueblería, por lo que sabía cómo manejar la maquinaria de carpintería y conocía las maderas al revés y al derecho.
Esto fue lo que lo hizo destacar en su trabajo en Chile, así que pidió permiso para buscar otro empleo, y volver si es que no le iba bien, petición que le concedieron inmediatamente. “Me dijeron que sí, claro, si hacía trabajo de maestro y ganaba menos del mínimo”, acusa.
“Me fui a tocar puertas. No conocía Santiago, así que me subí a una micro sin saber para dónde iba. Cada vez que veía un taller preguntaba si necesitaban a alguien. Fue difícil esa semana, pero al final conseguí trabajo en una empresa”, cuenta.
Gracias a su conocimiento en la mueblería, el colombiano poco a poco fue creciendo junto con la empresa, pasando, incluso, a ser jefe de proyectos.
La pandemia y un nuevo comienzo
Parecía que Julián había encontrado su lugar en el mundo como el jefe de proyectos de esta mueblería, hasta que llegó la pandemia, dejaron de funcionar y su único ingreso fue el seguro de cesantía.
“Estuve tres años a cargo del taller y aprendí como usar la maquinaria y cómo se manejaba todo. No tenía intención de irme, porque estaba cómodo, pero vino la pandemia”, sostiene.
Por la necesidad de dar sustento a su hijo y apoyar a su mujer, tuvo que reinventarse. “Empezamos a hacer arrimos, lo subimos a Marketplace y se empezó a vender como pan caliente. Ahí me di cuenta que había una opción de trabajar de otra manera, así que el día que se acabó la cuarentena no quise volver a la empresa”, narra Toro.
Como espuma empezó a surgir este emprendimiento, tanto que a los pocos meses después tuvo que arrendar un galpón para dar abasto con todos los pedidos. Fue ahí donde se enfocó en la empresa actual: ‘Soy mueblista’, (soy_mueblista en Instagram) dedicados a la fabricación de muebles modernos hechos a mano, combinando diseños exclusivos, calidad premium y eco responsabilidad.
Su público son principalmente grupos de arquitectos y diseñadores. Julián Toro es el dueño del negocio y trabaja con once personas más.
“Dar el paso para ser independiente nunca va a ser fácil, pero se puede lograr. La cuestión es perseverar siempre, la persona que vaya a emprender en esto tiene que tener claro que tiene que innovar”, explica el maestro.
“Por ejemplo, cualquiera puede comprar la misma melamina que ocupamos nosotros para los muebles, pero el punto es que hay que innovar en servicios, en soluciones, en cualquier cosa que la competencia no realice. Hay que dar un valor agregado a tu producto, aunque sea construido con los mismos materiales”, cierra.