Yo Construyo
Experimentado mueblista reutiliza maderas desechadas en la Región de Aysén para desplegar su arte
Autor: Ivan Urbina, publicado el
Zenón Silva es un estudioso maestro de la madera que a punta de esfuerzo se ha podido consolidar en una zona geográfica complicada. Junto a su empresa, trata de aportar un pequeño granito de arena a través del reciclaje.
Plena década de los 90’ y Zenón Silva (53) soñaba con convertirse en contador auditor. A pesar de que provenía desde la Región de la Araucanía, se trasladó hasta Santiago para poder cumplir sus objetivos. Aún así, por esas cosas de la vida no pudo continuar especializándose en esta carrera que tanto anhelaba.
Sin embargo, durante su estancia en la capital trabajó en una fábrica de muebles. Entonces, al volver al sur tuvo que echar mano a lo que sabía trabajar: la madera.
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“De ahí partió mi pasión por este rubro porque siempre me gustó darle forma y vida a la madera. Me di cuenta que esto era lo que quería, y que aparte de la parte financiera y contable, me gustaba el rubro de la madera y me atrapó, de tal manera que no volví a retomar el tema administrativo”, relata don Zenón a La Cuarta Constructor.
Aunque en un principio trabajaba simplemente para dar sustento a su familia, poco a poco fue creciendo en la mueblería.
“De a poco nos fuimos dando cuenta que la demanda fue creciendo. El producto le gustaba a la gente y comenzamos a fijarnos que no solamente podíamos trabajar para poder sostener a la familia, sino que podíamos construir algo más grande, donde pudiéramos también expandirnos y generar empleo”, narra.
Agrega que “la capacitación ha sido un pilar fundamental en mi caso, porque nos ha mantenido a la vanguardia con la tecnología y nuevas herramientas para poder mantenernos en competencia. Para poder ser competitivos nos tenemos que capacitar”.
Las dificultades de ser independiente
Es sabido que ser independiente, sea cual sea el rubro en el que una persona se desempeñe, no es para nada fácil. Y don Zenón lo vivió en carne propia durante casi 20 años.
“Hasta hace muy poco yo hacía todo: la administración, ejecución, preparación, instalación, estaba en todos los procesos. Pero he tenido que ir delegando, porque me estaba sobrepasando. Hace tres años que trabajo con socios que me apoyan en la mano de obra”, aclara.
Hoy está radicado en Coyhaique, en la Región de Aysén, y a punta de esfuerzo, estudio y capacitación ha podido consolidar su empresa. Hoy en día cuenta con socios que le ayudan en la mano de obra, entre los que se encuentra uno de sus cuatro hijos, Alex.
Actualmente, la empresa ‘Muebles ZSilva’ cuenta con redes sociales: Muebles_zsilva en Instagram y Construcción Y Muebles ZSilva en Facebook.
“Uno de los consejos que puedo dar es que los jóvenes deben atreverse a soñar y a proyectarse para cumplir esos sueños. La perseverancia es lo que hace la diferencia. si tenemos un sueño, no lo abandonemos, que no nos importen las dificultades que vamos a encontrar en el camino”, aconseja el experimentado maestro.
Reciclaje, reutilización y cuidado de la zona
Normalmente, la madera que desechan las grandes empresas en Aysén se convierte en leña para las estufas o las salamandras que, en una zona tan fría como la sureña, pasan la mayor parte del día encendidas.
Sin embargo, al ver la cantidad de buena madera que se perdía, a Zenón Silva se le prendió la ampolleta.
“En la actualidad, nosotros no trabajamos solamente con productos elaborados como son los fibropaneles, MDF o terciados, sino que también utilizamos maderas nativas, y hoy en día estamos innovando un poco en este rubro para poder aportar un pequeño grano de arena a lo que es el cuidado del medioambiente”, explica.
Añade que “estamos reciclando maderas de demolición, y las reacondicionamos para introducirlas en nuestros proyectos”.
En la región existen edificaciones construidas hace 60 años atrás, por lo que, cuando son demolidas, desde esta mueblería aprovechan sus maderas para darles una segunda oportunidad.
“Esas maderas se han mantenido, aún son rescatables y se les puede, con un buen proceso, volver a reutilizar. Nos apasiona que un elemento, que tiene tantos años de uso en una construcción en una vivienda, podemos rescatarla y darle otra oportunidad, donde perfectamente puede permanecer en el tiempo fácilmente por unos 10 o 20 años”, cierra.