Yo Construyo

Combinó mecánica con soldadura y logró armar una empresa de mantención de maquinaria

Autor: Ivan Urbina, publicado el

El maestro Roberto Joost tuvo que capacitarse en Santiago. Tras una serie de problemas volvió a Puerto Aysén, donde se independizó y mezcló sus dos profesiones.

Oriundo de Puerto Aysén, Roberto Joost (42) siempre tuvo un objetivo: convertirse en un profesional independiente, sin las presiones que significa trabajar para alguien más. 

Su padre fue su gran inspiración. Dedicado al rubro de la mecánica automotriz y los camiones, siempre estaba reparando maquinaria. Por lo mismo, una vez adulto, emigró a Santiago solo para estudiar Técnico en Mecánica Automotriz.

Tras estudiar, vivir y trabajar en la capital de la Región Metropolitana, diversos problemas lo llevaron a tomar decisiones. Entre ellas, capacitarse constantemente en una de sus pasiones: la soldadura.

“Hice dos capacitaciones de soldadura en Santiago y otras dos en el sur. Localmente estamos un poco aislados. Acá no es un lugar que tengamos suficiente capacitación. De hecho, la ciudad está más ligada al ámbito del turismo”, relató el maestro a La Cuarta Constructor.

Combinando sus dos pasiones

El Centro Técnico Indura (CETI) le otorgó todas las herramientas para volver a Puerto Aysén y formar su propia empresa. Hace un par de años, Roberto pudo fundar Metalpro, organización dedicada a la recuperación de componentes de motores y de la parte mecánica de ciertas máquinas, en especial embarcaciones del puerto. 

“Debido al aislamiento que tenemos en esta zona, nuestro fuerte es la recuperación de componentes. Aquí llega mucha máquina desde el exterior, y en Chile muchas veces no se encuentran repuestos. Entonces la mayoría de nuestros trabajos se enfocan en la recuperación de componentes, tanto de maquinaria, motores y repuestos que no encuentras aquí cerca”, explicó el soldador.

A la izquierda Gonzalo Ríos, instructor del CETI; a la derecha Roberto Joost, dueño de Metalpro.

“En Aysén, sí o sí, tenemos que salir del paso haciendo recuperaciones, tanto en soldaduras, mecánica, materiales, para lograr satisfacer las necesidades de los clientes” añadió. 

Pasión por su trabajo

Sin saberlo, Roberto Joost logró combinar sus dos pasiones: la mecánica y la soldadura. Es decir, logró independizarse y cumplir uno de los más grandes objetivos de su vida. 

“Me encanta mi trabajo. Hacer funcionar algo que está literalmente muerto y entregar el servicio al mandante final es un tremendo orgullo. Más aún que se pasen el dato, y que lleguen más clientes a nuestra empresa. Eso es muy gratificante”, detalló el padre de familia.

Por lo mismo, el profesional recomendó, a ojos cerrados, estudiar y capacitarse en el rubro de la soldadura. 

“Creo que la soldadura es uno de los pilares fundamentales en lo que es la economía. Somos quienes unimos y hacemos puentes, en todo orden de cosas.  Creamos, fabricamos y levantamos estructuras desde una casa estructurada con metal, hasta embarcaciones, ferrocarriles, etc. Mi llamado es tomar esto como una profesión. Y nunca parar de capacitarse”, finalizó.