Yo Construyo

Carpintero cañetano se radicó en Santiago para dar educación profesional a sus hijos

Autor: Ivan Urbina, publicado el

Antonio Flores es el claro ejemplo de que los padres darían todo por sus retoños. Aseguró que trabaja hasta los fines de semana para que su hijo pueda sacar su profesión. 

Hace seis años, Antonio Flores Araneda (55) llegó a vivir a Santiago desde su natal Cañete con una clara razón: estar en un lugar en el que sus hijos puedan estudiar y lograr un título profesional. 

“El motivo de estar en Santiago junto a mi señora es que nuestros hijos se pudieran educar. Que tuviesen la posibilidad de tener un título profesional universitario para tener mayores posibilidades en la vida”,  relató el maestro a La Cuarta Constructor. 

Con una experiencia de más de 20 años en el rubro de la construcción, Antonio logró armar una importante cartera de clientes gracias a su dedicación en los trabajos.

“Una de las cosas con las que me siento más honrado de ser maestro es crear hogares, más que construir casas. Esa es una gran diferencia. Un hogar es donde se va construir una familia, donde los hijos van a crecer”, expresó. 

Gracias a las enseñanzas de su padre, Rolando Flores, logró formarse de manera autodidacta como carpintero. A pesar de ello, Antonio fue más allá y, como “buen maestro sureño”, aprendió de todo lo referente al mundo de la construcción. De hecho, hoy en día es un maestro capaz de construir una vivienda completa desde cero. 

Sin embargo, no ha sido para nada fácil. Este maestro ha tenido que pasar por algunas dificultades. “Hay veces en que uno se topa con gente que tiene mucha desconfianza, porque existen muchos maestros que han desprestigiado el rubro. Aunque siempre le pido a mis clientes que dejen que mis manos hablen por mí”, aseguró.

Estructura construida por el maestro carpintero Antonio Flores.

Su vida por sus hijos

Bien dicen que los padres darían la vida y más por sus hijos. La historia de Antonio forma parte de ello. 

Con su hija mayor pudo lograr sus objetivos. Gracias a la enorme ayuda que brindó en su formación, hoy en día es titulada en pedagogía y trabaja como profesora en un colegio en Providencia.

Por su parte, su hijo está estudiando arquitectura, inspirado por su padre. “Mi hijo me tiene ahora de cabeza trabajando hasta el día sábado y domingo a veces. Está estudiando arquitectura, así que con mucha honra a dios espero que pueda seguir desarrollándose. Uno como padre cumple con la función de cuidarlos y asesorarlos, y también en ayudarles desde la parte económica”, detalló el carpintero.

Es cierto que la arquitectura es una profesión que está muy ligada a la construcción, aunque Antonio no se ve trabajando en un futuro junto a su hijo. 

“No tengo la esperanza de trabajar con él, pero tengo la esperanza de poder ver todo lo que haya logrado. Si Dios me lo permite, quisiera ver a mi hijo titulado, tal y como me permitió verlo con mi hija mayor”, dijo. 

Añadió que “así, uno como padre puede quedar más tranquilo, porque los hijos ya tendrán una herramienta en sus manos para poder desarrollarse”. 

Consejos

Para finalizar, el experimentado maestro carpintero dio un par de consejos a la gente joven que quiera trabajar en el rubro de la construcción.

“La carpintería es uno de los oficios más maravillosos que pueden existir en la humanidad. No olvidar que el primer carpintero fue Jesus. Entonces, los niños que no tengan la posibilidad de llegar a la universidad o no quieran, aquí hay una buena fuente de trabajo. Ojo, que ser carpintero en otros países es una carrera profesional”, aseveró.

“A quien trabaje bien, la vida le dará mucho. Mi consejo es que sean honrados y que sepan explicarle a la gente cuál es el problema y de qué forma lo pueden asesorar. Hay muchos clientes que quieren construir y están mal asesorados. Uno como maestro tiene que tener el conocimiento y la capacidad de inducirlos a ellos a tomar las decisiones correctas”, cerró.