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Una ventilación correcta en la vivienda puede evitar enfermedades respiratorias de su familia

Autor: Ivan Urbina, publicado el

Lo ideal es proveer a los espacios cerrados de la vivienda una ventilación natural, a través de puertas o ventanas. Aunque, de no existir accesos al exterior, puede instalar algún mecanismo de ventilación forzada.

Sea invierno, verano o primavera, la ventilación de la vivienda es fundamental. Si no existe un correcto flujo de aire hay varias consecuencias catastróficas por la concentración de gases contaminantes y agentes alérgenos.

Además, la humedad es una de las grandes problemáticas que conlleva el encierro en sí. De hecho, el nivel de humedad de la vivienda debe oscilar entre el 35 y 50%, pero si se sobrepasa ese límite se favorece el desarrollo de ácaros, mohos y bacterias.

“La ventilación natural es muy importante para el bienestar en una vivienda o recinto sea de trabajo o descanso. La renovación natural del aire permite evitar focos de humedad en invierno, y permite regular o bajar la sensación térmica en verano”, explicó Uwe Rohwedder, arquitecto y académico de la Escuela de Arquitectura y Paisaje de la Universidad Central.

Aparte del deterioro constructivo en muros, pisos y cielos que puede traer el exceso de humedad, también tiene varias consecuencias en la salud de las personas. Estos se asocian principalmente a problemas respiratorios, asma, neumonía, bronquitis e infecciones respiratorias.

“Una buena ventilación natural, entiéndase aire limpio no contaminado, es muy buena para la salud, ya que permite renovar el ciclo natural tanto en nuestro cuerpo como en la vivienda, y también limpiar el aire, evitando así la proliferación de alguna bacteria. Es decir, tener una buena ventilación ayuda mucho a evitar enfermedades contagiosas”, agregó el docente.

Tipos de ventilación

La mejor ventilación existente es la natural, es decir, a través de una ventana, puerta o acceso que de directamente al exterior de la vivienda.

“La ventilación natural se da por la conexión con el exterior vía aberturas de ventanas, puertas correderas, también ventanas abatibles en las cubiertas. Con ello, se busca generar ventilaciones cruzadas que permitan corrientes de aire. En verano se recomienda que entre aire por abajo y tenga salida en puntos altos, ya que el aire caliente tiende a subir y se produce el efecto chimenea en forma natural”, detalló Rohwedder.

Sin embargo, no todas las viviendas, salas o habitaciones tienen la oportunidad de tener un acceso al exterior. En esos casos, la ventilación debe realizarse de manera forzada.

“La ventilación forzada es mecánica, es decir, a través de un ventilador o enfriador con consumo energético. Este método se usa en zonas donde no es posible subir o bajar las temperaturas cuando afectan el bienestar o confort”, aseguró el arquitecto de la Universidad Central.

“Suelen aplicarse más en zonas de trabajo que tienen grandes superficies interiores alejadas de los bordes. Se usan en baños mediterráneos para secar y eliminar olores, o en zonas en que hay mucho ruido o el aire está contaminado. Muchas veces, se coloca un filtro para limpiar el aire dentro del sistema. Luego los sistemas de climatización cumplen con mantener una temperatura pareja durante los tiempos de permanencia”, cerró.