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Una correcta ventilación le hará bien a usted y a su vivienda
Autor: Constructor, publicado el
Moho, ácaros y agentes contaminantes podrían traer la alta concentración de humedad dentro de un espacio cerrado. Las consecuencias serían tanto de salud como en la disminución acelerada de la vida útil de sus materiales.
Desde el punto de vista sanitario, los expertos recomiendan siempre tener la vivienda y sus habitaciones con ventilación, tanto en invierno como en verano. Si no existe un flujo adecuado de aire, hay diversas consecuencias: aumentan los gases tóxicos, se multiplica el riesgo de alergias e infecciones y se concentran los gases contaminantes.
Pero por sobre todo, la humedad es la que más consecuencias negativas podría traer. Para que haya una vivienda saludable, el nivel de humedad debe estar entre el 35 y 50%, pero si se sobrepasa ese límite, como suele ocurrir en invierno, se favorece el desarrollo de ácaros, mohos y bacterias.
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Aunque no solo hay consecuencias en la salud si no se tiene una correcta ventilación. Desde el punto de vista constructivo, hay materiales que podrían no cumplir con su vida útil establecida si se llenan de humedad.
“Lo importante es mantener las condiciones de confort de una vivienda. La ventilación es totalmente necesaria para que se pueda mantener la cantidad de aire correcta y también la temperatura adecuada. Y también que los materiales de construcción puedan tener la vida útil que corresponde”, indicó Herman Leyton, jefe de calidad de CyG Proyectos, y experto en construcción.
“Si tenemos un recinto sin ventilación, lo más probable es que sea más propenso a tener humedad en su interior, y eso conlleva a tener hongos, moho o algún otro elemento patógeno”, agregó.
Tipos de ventilación
Según Leyton, existen tres tipos de ventilación dentro de una vivienda, cada uno tan importante como el otro. Estos son los siguientes:
1. La ventilación que tiene la habitación para evitar la humedad y elementos patógenos, como hongos y moho. Esta consiste en el uso de puertas y ventanas para la circulación del aire. Dentro de este tipo, la más común y efectiva es la ventilación cruzada, que consiste en ventilar un recinto a través de dos vías distintas, es decir, ventilando desde la puerta y la ventana.
2. La ventilación que va sobre las estructuras o en las techumbres. Esta se construye para que pueda circular aire por la techumbre, y así no se genere condensación. Es decir, cuando suba el aire caliente de la casa, este aire pueda atravesar por los materiales y pueda salir por el exterior. De hecho, cuando no hay ventilación en la techumbre, hay una especie de succión en la habitación, como que se chupa la puerta cuando uno abre, o se levanta el aislapol.
3. La ventilación en instalaciones. La más común y básica es la que deben tener los sistemas de alcantarillado, ya que estos sistemas, como tal, deben tener siempre ventilación, y la normativa también lo indica y lo especifica. Si no se cumple esto, cuando tiras la cadena pueden volver los desechos al W.C. Eso es solamente falta de ventilación.
Ventilar espacios cerrados
Para finalizar, el experto hizo mención a aquellas habitaciones que lamentablemente no tienen una ventana o puerta que dé al exterior, y que por lo tanto, no tengan como ventilarse.
“En ese caso hay que entrar a la ventilación forzada, es decir, implementar elementos mecánicos como aire acondicionado. Esto se hace en recintos que no tengan salida a los cuatro vientos, pero lo recomendable sería siempre ocupar este tipo de equipos, hasta incluso un ventilador”, concluyó.