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Silicosis: La silenciosa e irreparable enfermedad presente en las obras de construcción
Autor: Ivan Urbina, publicado el
Se trata de una enfermedad producida por aspirar grandes cantidades de polvo como arena y cemento. Ataca directo a los pulmones en un mediano a largo plazo y no tiene cura, por eso es importante cuidar siempre las vías respiratorias.
En rubros como la minería o la construcción, es muy común que existan polvos muy finos de partículas rondando por el aire. El óxido de silicio puede provocar una silenciosa, pero peligrosa enfermedad que ataca directamente los pulmones de quien lo aspira: hablamos de la silicosis.
Esta enfermedad se produce cuando una persona está constantemente expuesta al sílice, aspirando el polvo a través de las vías respiratorias sin ningún tipo de protección. Este sílice va avanzando hasta los pulmones, produciendo lesiones que en un principio son silenciosas, pero luego pueden terminar hasta en la muerte.
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Un 10% de las enfermedades profesionales corresponden a enfermedades respiratorias, según el estudio de ‘Estadísticas de accidentabilidad 2020’, realizado por la Superintendencia de Seguridad Social (SUSESO).
Es que el óxido de silicio, o sílice, se produce cuando las partículas de arena, yeso, cemento u otros químicos entran en contacto con el aire. Justamente este último es uno de los principales agentes que provocan silicosis en Chile, y está presente en la mayor parte de las obras de construcción en Chile.
“Dentro de un escenario de escasez de estudios y subregistro de casos formales para el origen del agente químico que provocó la silicosis, podemos afirmar que uno de los principales agentes que pueden activar esta enfermedad se encuentra presente de forma primaria en muchos materiales que se utilizan en construcción, como es el cemento”, aseguró Valeska Sierra, prevencionista de riesgos e ingeniera civil industrial de Universidad Andrés Bello (UNAB).
Tipos de silicosis
Según Sierra, la silicosis puede ser detectada de tres maneras distintas: silicosis crónica, acelerada o aguda. Todas sus versiones son silenciosas, pero muy peligrosas y podrían llevar, incluso, a la muerte.
Silicosis crónica o clásica. Es la más común de las tres. Se produce hasta 20 años después de la inhalación inadecuada de polvos de sílice, y se da ante exposiciones moderadas o bajas a la sílice cristalina respirable.
“Los síntomas asociados con la silicosis crónica pueden ser o no evidentes; por lo tanto, los trabajadores necesitan hacerse una radiografía de tórax para determinar si hay daño pulmonar”, aseguró la prevencionista.
“A medida que avanza la enfermedad, al trabajador puede faltarle el aliento cuando hace un esfuerzo o puede presentar signos clínicos de un intercambio deficiente de oxígeno y dióxido de carbono. En las últimas etapas, el trabajador puede sentirse cansado, falta de aliento extrema, tos, dolor de pecho o insuficiencia respiratoria”, añadió.
Silicosis acelerada. Es parecida a la silicosis aguda, pero un poco más rápida y letal. Puede darse de 5 a 10 años después de la inhalación elevada de sílice cristalina respirable.
“Es similar a la silicosis crónica, pero avanza con mayor rapidez. Los síntomas incluyen tener debilidad y pérdida de peso. La silicosis aguda ocurre en unos cuantos meses o hasta 2 años después de la exposición a muy altas concentraciones de sílice cristalina respirable”, comentó Sierra.
Silicosis aguda. Es la más rápida y letal de las tres, y muchas veces tiene resultados fatales.
“Los síntomas de la silicosis aguda incluyen una falta de aliento gradual y grave, debilidad y pérdida de peso. Aunque la silicosis aguda es mucho menos común que las otras formas de silicosis, casi siempre lleva a la discapacidad y la muerte”, señaló la ingeniera civil.
A cuidarse de la silicosis en las obras
Actualmente no existe ninguna cura para quienes ya tienen la enfermedad. Allí radica la importancia de evitarla desde su inicio.
Para impedir esta terrible enfermedad, cada miembro de la faena debe utilizar protección respiratoria, sobre todo cuando existe una gran cantidad de partículas de sílice en el ambiente.
“Cuando los niveles de polvo o sílice rebasen o tengan probabilidad de rebasar los límites de exposición autorizados, usar máscara de medio rostro o rostro completo con filtro para polvos tipo P-100; afeitarse diariamente para mantener total adherencia de la máscara a la piel”, mencionó la experta.
De parte de los organizadores de la obra, es importante educar a los trabajadores en cuanto a las causas y consecuencias de la silicosis, y hacer un chequeo constante de los maestros que pudieron haber contraído esta enfermedad.
”Es por ello que disponer de un “Programa de Vigilancia Ambiental” que permita monitorear la efectividad de las medidas que se aplican permitirá pesquisar precozmente a los trabajadores con silicosis y otros efectos que se están gatillando, dirigiendo este proceso al Programa de Vigilancia de la Salud liderado por la mutualidad a la cual está adherida la empresa”, sentenció Sierra.