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Santiago: Los beneficios de la transformación de antiguas oficinas a viviendas
Autor: Ivan Urbina, publicado el
Las oficinas están quedando atrás luego de la implementación del teletrabajo en la mayoría de los campos laborales, para convertirse en edificios habitables. En esta nota, conozca qué conlleva esta radical transformación arquitectónica.
Entre las tantas consecuencias que dejó la pandemia en la sociedad, una de ellas fue la irrupción de la modalidad de teletrabajo en gran cantidad de empresas. Esto provocó que muchas oficinas quedaran desocupadas desde marzo del 2020.
No solo se están usando menos las oficinas en la actualidad, sino que también existe un alto grado de incertidumbre sobre su futuro.
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De hecho, en Santiago ya se están tomando medidas en el asunto. Es posible ver que distintos edificios patrimoniales de la capital tendrán una conversión, pasando de ser oficinas a viviendas. Esto podría, incluso, aumentar su valor. ¿Este escenario seguirá en aumento?
“Creemos que esta tendencia puede ser beneficiosa por varios factores. Primero, desbloqueará una nueva oferta de viviendas bien ubicadas, con acceso a activas áreas comerciales y transporte público. Además, introducir vivienda y una mixtura de usos en barrios así ha demostrado mejorar la seguridad y calidad de vida en estos. Finalmente, toda tendencia que aumente el número de viviendas disponibles es un aporte a un país como el nuestro, con déficit habitacional de cientos de miles de viviendas”, comentó Tomás Charles, cofundador de Fraccional.cl
Es cierto que la transformación de oficinas a viviendas se puede visualizar como una solución más ‘económica y fácil’, pero la realidad demuestra lo contrario. Charles indicó que, cuando se desarrolla un edificio de vivienda, aproximadamente la mitad del costo de construcción puede destinarse a las terminaciones. Esto aumenta según el estándar de la vivienda, pudiendo llegar fácilmente a un 60% más de costo. Además, las instalaciones sanitarias y normativas pueden ser un desafío a la hora de la transformación.
Los inversionistas deben tener en cuenta las variables normativas, que se permita vivienda en el edificio y que este pueda cumplir con las exigencias de la ley. También se deben evaluar los costos, tanto del edificio como de su modificación y ver si las viviendas resultantes se pueden vender a precios que justifiquen ese esfuerzo. Y, finalmente, lograr un proyecto con viviendas deseables que puedan competir con las viviendas existentes en el mercado actual.
“En cuanto a las proyecciones, creemos que Santiago centro y algunos sectores de Providencia podrían ser los primeros candidatos para esta transformación. Probablemente, muy cerca de las estaciones de metro y en edificios más bien antiguos que ya necesitan una remodelación, incluso si se quedaran como oficinas”, finalizó el experto.