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Los principales obstáculos de las nuevas generaciones para adquirir una vivienda

Autor: Constructor, publicado el

Son diversas las causas que dificultan el acceso a una casa propia entre las generaciones más jóvenes. Experto desglosó cuáles son los factores que más influyen en esta problemática.

La precarización laboral, la crisis económica y los elevados costos de suelo han conllevado a una creciente dificultad para adquirir una vivienda en Chile. Incluso, se puede afirmar que este escenario ha privado a las nuevas generaciones de la posibilidad de comprar una vivienda propia, lo que es agravado por un crecimiento urbano desordenado y carente de planificación sostenible.

Lamentablemente, las políticas económicas y las crisis financieras recientes han transformado la vivienda de un simple bien físico a un activo financiero de alta rentabilidad. Esto ocasionó un importante aumento en los precios de las propiedades y del suelo.

Y es que para muchos, la vivienda representa más que un simple hogar: es un seguro de vida, un instrumento de ahorro para la jubilación, y un legado que se dejará a las generaciones futuras. 

“La informalidad y la precarización del trabajo formal han hecho que los jóvenes tengan menos acceso a financiamiento. Ante la imposibilidad de acceder a una vivienda propia, una tendencia que podría seguir acelerándose, es el mercado de los arriendos, generando un importante descenso en la calidad de vida de muchas personas”, explicó Marco Dissi, experto en el sector inmobiliario y fundador de Rentabilizar.

Según Dissi, el sueño de la casa propia para las nuevas generaciones se ve frustrado por diversos factores económicos y del mercado inmobiliario, como los precios elevados de las viviendas en relación con los ingresos promedio, la inestabilidad laboral, los altos costos de mantenimiento y la carga de deuda estudiantil.

Factores que dificultan la adquisición de viviendas

Para el experto, los principales factores que coartan el sueño de la vivienda son los siguientes:

Precios elevados. Los precios de las viviendas, en relación con los ingresos promedio de los jóvenes, suelen ser muy altos en muchas áreas urbanas. Esto hace que sea difícil ahorrar lo suficiente para el pie y cubrir los costos asociados con la compra de una vivienda.

Inestabilidad laboral. La precarización laboral y la falta de empleos estables pueden dificultar el acceso a financiamiento hipotecario, ya que las entidades financieras (bancos, mutuarias, entre otros) suelen requerir ingresos estables y garantías de empleo a largo plazo.

Altos costos de mantenimiento. Además de la compra de la vivienda en sí, los costos asociados con el mantenimiento, impuestos, entre otros, hacen que mantener una propiedad sea un desafío financiero.

Deuda estudiantil. El costo creciente de la educación superior, junto con la necesidad de préstamos estudiantiles para financiarla, puede crear una carga financiera significativa para los graduados. Aquellos que se gradúan con una deuda sustancial pueden comenzar sus vidas laborales en desventaja financiera, lo que contribuye a la desigualdad.

Acceso a la educación de calidad. La calidad de la educación varía ampliamente según la ubicación geográfica y la disponibilidad de recursos. Las personas que tienen acceso a una educación de alta calidad a menudo tienen más oportunidades para desarrollar habilidades y competencias que les permitan acceder a empleos bien remunerados.

Cambios en las preferencias de vivienda. Las nuevas generaciones a menudo tienen diferentes preferencias de estilo de vida en comparación con las generaciones anteriores. Algunos jóvenes prefieren la flexibilidad de alquilar en lugar de comprar, lo que puede ser visto como una opción más adecuada para sus vidas cambiantes. Los nuevos tiempos hacen que la forma tradicional de formar familia – casarse, comprar una casa, tener varios hijos y vivir en la misma casa toda una vida, es parte del pasado para muchos jóvenes-.

Escasez de viviendas asequibles. En algunas áreas, la falta de viviendas asequibles y políticas de vivienda insuficientes agrava el problema.

Falta de políticas de vivienda. La ausencia de políticas gubernamentales efectivas para abordar el acceso asequible a la vivienda también contribuye a la percepción de que el sueño de la vivienda propia es inalcanzable.

Desigualdad de ingresos. Esta desigualdad puede resultar en una brecha cada vez mayor entre aquellos que pueden acceder a la propiedad y aquellos que no pueden, lo que lleva a una sensación de desesperanza y frustración entre los jóvenes que ven cómo sus posibilidades de adquirir una vivienda propia se alejan cada vez más. Las diferencias en los ingresos entre las generaciones pueden ser especialmente marcadas, con salarios estancados o en declive en comparación con el costo creciente de la vivienda.