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Las increíbles propiedades de la pintura: Elemento decorativo y protector de superficies por excelencia

Autor: Constructor, publicado el

Radiografía de la gran historia de las pinturas y su enorme utilidad para decorar y proteger superficies de los agentes externos. Nota escrita por Sergio Olmos Vásquez, docente de la Escuela de Construcción de Duoc UC, sede Maipú. 

Desde que se tienen registros, el hombre ha buscado mejorar su propia calidad de vida. Desde la habitabilidad ha buscado satisfacer distintos requerimientos, buscando decorar las habitaciones y sus espacios.

Un poco de historia

Los egipcios ya usaban diversas pinturas, utilizando los mismos pigmentos que los que usaban en pintura artesanal, en que la grasa animal era reemplazada por gomas, ceras, colas y albúminas. 

Mientras tanto, los griegos desarrollaron una técnica en la naciente industria de la pintura al mezclar tierras de colores con cera caliente, obteniendo así una pintura viscosa y cremosa. Esta pintura permitía la mezcla de colores. 

Posteriormente, se produjo un estancamiento en el desarrollo de las pinturas por varios siglos, el que se mantuvo hasta el resurgimiento del comercio, hacia el siglo XII d.C. El renacimiento trae un nuevo impulso en el campo de la pintura, donde la iglesia desarrolló la técnica en pinturas decorativas de sus templos. 

Grandes artistas viajaban con sus fórmulas secretas de pinturas. Durante el siglo XVIII aparecieron las primeras fábricas de pinturas en Europa, generándose, durante el siglo XIX, un cambio gradual que llevó a considerar a la pintura como un elemento de protección y decoración. Este cambio facilitó la industrialización de este sector, poniendo en manos de la gente común un producto que hasta esa época se reservaba sólo a quienes mezclaban sus propias materias primas a partir de fórmulas secretas. 

El siglo XX fue testigo del nacimiento de la industria de la pintura. En la actualidad, esta industria satisface diferentes requerimientos planteados por los usuarios, donde un gran porcentaje corresponde a pinturas habitacionales o arquitectónicas y el resto a solicitudes industriales especializadas. 

Pero, tal como hoy en día no se concibe una vivienda sin pintar, el consumidor en su cambio de actitud frente a sus proveedores es cada vez más exigente. Quiere más calidad y mejores características técnicas, una adecuada protección a su edificación y colores estables en el tiempo. 

En este sentido, la industria de la pintura ha orientado sus investigaciones y desarrollo a lograr productos de la más alta calidad y capaces de satisfacer los más variados requerimientos. 

En efecto, el resultado de cualquier pintado depende más de la correcta selección de la pintura, la preparación de la superficie a pintar y la aplicación de la pintura en sí.

Existen dos grandes tipos de pintura para el hogar: al agua y al aceite. Existen muchos tipos de pinturas, pero son los tipos de pintura más conocidos que hay en el mercado.

Pintura con base de aceite

Perfectas para superficies al aire libre. Poseen una elevada resistencia al paso del tiempo y, sobre todo, resiste ante condiciones climáticas adversas. El inconveniente que más caracteriza a las pinturas con base de aceite es que son las más frágiles a la alcalinidad.

Pinturas con base de agua

Se trata del mejor tipo de pintura cuando la superficie requiere dos o más capas ya que, su proceso de secado es el más corto. En unas 3 o 4 horas puedes aplicar una segunda capa de pintura sin necesidad de esperar uno o más días. 

Al contrario que las pinturas con base de aceite, estas son más resistentes a la alcalinidad. Sin embargo, su resistencia al paso del tiempo es menor. Para conseguir una mayor duración de la pintura al agua debes aplicar una capa de barniz como protección.

Las pinturas con base de aceite están compuestas, como su propio nombre indica, de aceite. También suelen contener resinas. 

Normalmente se suele utilizar aguarrás o disolventes químicos para poder disolverlas. Las pinturas con base de aceite son más duraderas y suelen aportar un acabado mucho más lacado que las nombradas anteriormente.

Los tipos de pintura con base de aceite más comunes son los esmaltes y las lacas.

Esmaltes

Sus principales componentes son resinas y pigmentos. Estos elementos proporcionan a la pintura un acabado muy resistente. 

Para aplicarlos, lo más habitual es emplear una brocha de pintor o una pistola para pintar.

Lacas

Tienen cierta semejanza con los esmaltes, pero se diferencian completamente en su técnica de aplicación. 

El lacado consiste en aplicar muchas capas finas de pintura llevando a cabo siempre entre cada una de ellas, un proceso de lijado. De esta manera se obtiene un acabado mucho más homogéneo. 

El material en el que se suele aplicar más lacado es la madera.

Para cada superficie, existe una pintura

Ahora al momento de realizar un pintado de una superficie específica, se tiene que definir un esquema de pintado, que define los pasos a seguir para pintar una superficie de forma que se cumpla con lo requerido en el proyecto, teniendo en consideración la superficie o sustrato y las condiciones medio ambientales a que va estar expuesta. 

En base a estos parámetros se debe seleccionar la pintura. En muchos casos, esta pintura viene definida en las especificaciones del proyecto, por lo tanto, quien prepara el esquema de pintado debe verificar lo propuesto y/o sugerir un cambio de pintura si el primero no es adecuado. 

Siempre es recomendable conocer las recomendaciones del fabricante. Ante dudas, conviene consultar el departamento técnico del fabricante. A continuación, se entregan características que deben tener las pinturas en función de la superficie.

Para hormigón y estuco de mortero de cemento

Para hormigones exteriores, la pintura seleccionada debe ser resistente a la alcalinidad, condiciones climáticas y erosión; con alta resistencia al escurrimiento de aguas lluvia y de riego. 

Los revestimientos texturados no se pueden aplicar directamente sobre el hormigón o estuco, sino que se debe aplicar previamente un sellador. Si la superficie es empastada, deberá aplicarse un sellador acrílico sobre el cual podrá terminarse con todo tipo de pintura.

Para albañilería de ladrillos

Para albañilerías de ladrillo exterior, la pintura seleccionada debe ser resistente a la alcalinidad, condiciones climáticas y erosión; con alta resistencia al escurrimiento de aguas lluvia y de riego. Se recomienda aplicar látex, esmaltes al agua o impermeabilizantes. 

Para metales ferrosos

Se debe aplicar un anticorrosivo y una pintura de terminación de base compatible con el anticorrosivo seleccionado. 

Se debe tener especial cuidado en zonas de alta salinidad, debido a lo agresivo que es este ambiente para las estructuras metálicas ferrosas. Para estos casos se puede aplicar pinturas epóxicas o poliuretano.

Para acero galvanizado

Se puede aplicar una pintura especial para estas superficies. Alternativamente se pueden utilizar otros tipos de pintura, aplicando un imprimante compatible como puentes de adherencia entre el sustrato y la pintura de terminación seleccionada.

También se le puede aplicar anticorrosivos especiales o imprimantes especiales. 

Para maderas

Para maderas exteriores, la pintura seleccionada debe ser resistente a las condiciones climáticas, erosión, crecimiento de hongos; además, permeable al vapor de agua y con estabilidad del color. Se pueden aplicar barnices y pinturas flexibles.

Conclusiones finales

En conclusión, como parte de una vivienda, una pintura de uso arquitectónico debe satisfacer requerimientos derivados del concepto de habitabilidad, entre los cuales se puede citar el proteger la superficie de aplicación ante ciertos ataques de agentes ambientales agresivos a la superficie; decorar las superficies con un color estable en un determinado período de tiempo y resistir solicitaciones derivadas de la humedad.