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La importancia del fertilizante para nutrir nuestras plantas: ¿Es realmente indispensable?

Autor: Ivan Urbina, publicado el

Ingeniera agrónoma explicó la importancia que tiene el abono en nuestros cultivos. Además, detalló cómo realizar un excelente fertilizante de forma casera.

Al ser seres vivos, las plantas otorgan una sensación única en un espacio. Literalmente aportan frescura, color y vida, ya que proveen de oxígeno gracias a su proceso de fotosíntesis. 

Para mantenerse, las plantas requieren de hidratación y una serie de nutrientes, los cuales son otorgados por la tierra y la luz solar. Aunque esto no siempre es suficiente para que una planta logre un crecimiento óptimo, en especial si se cultiva en macetas de espacio reducido.

Aquí es donde entra el poder de los fertilizantes, conocidos también como abono. Consisten en sustancias ricas en nutrientes que mejoran las características del suelo. A su vez, estas propiedades se traspasan a las plantas.

¿Es necesario aplicar fertilizantes?

La respuesta es: depende. Según Christel Oberpaur, directora de la carrera de Agronomía de la Universidad Santo Tomás (UST), sede Santiago, por lo general “si al suelo de nuestro jardín o maceta le adicionamos al menos una vez al año materia orgánica en forma de compost, humus o, en algunos casos, tierra de hoja ácida, no es necesario aplicar otros fertilizantes, ya que este material entrega todos los nutrientes que requieren las plantas de manera paulatina”. 

“Se recomienda aportar aproximadamente 1 kg de materia orgánica por cada m2 de superficie de suelo, incorporándola superficialmente, es decir, mezclarla con el suelo. De esta manera, también será posible mejorar la presencia de microorganismos benéficos que además protegen a nuestras plantas de patógenos. Otra ventaja es que la materia orgánica mejora la retención de agua en el suelo”, añadió la ingeniera agrónoma.

Cómo fabricar abono de forma casera

Hay ocasiones en las que las plantas y los jardines requieren de un shot de nutrientes para crecer con mayor fortaleza y vigor. Y es que los mismos restos de las podas que realizamos tienen un gran potencial para convertirse en abono.

Según Oberpaur, “hay varias maneras para lograr disponer de materia orgánica para nuestras plantas.  Lo podemos elaborar a partir de todos los restos vegetales que sacamos de nuestro jardín. Si no botamos el pasto, los restos de poda, las hojas, obtenemos la materia prima básica para fabricar nuestro propio abono”.

“Una manera muy sencilla es acumular estos restos en algún rincón del jardín bajo un arbusto. Por ejemplo, podemos dejarlos en semisombra, regándolos cada cierto tiempo para que los microorganismos hagan su trabajo. Esta es la manera más fácil, pero también demorosa. En aproximadamente 6 a 8 meses podremos sacar nuestra propia tierra de hojas”, agregó la experta. 

“Otra forma es contar con un cajón enrejado donde colocar los restos del jardín, ya sean vegetales, cáscaras de la cocina, etc. Aplicando por capas los restos frescos, material seco y tierra, manteniendo con humedad, pero sin saturar, para que los microorganismos actúen”, finalizó.