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La importancia de las herramientas manuales en construcción: ¿Por qué nunca podrían desaparecer?

Autor: Constructor, publicado el

Estos utensilios son fundamentales para aprender las labores del rubro, además que cada uno tiene una función irreemplazable en las obras. Nota escrita por Sergio Olmos, docente de la Escuela de Construcción de Duoc UC, sede Maipú.

Desde hace cientos de años, los trabajadores se han apoyado en numerosos elementos o herramientas para poder realizar tareas y labores que resultan imposibles usando sólo sus propias manos.

Muchos de estos elementos han sufrido una gran evolución, aunque algunas herramientas manuales que se utilizan en la actualidad no difieren demasiado de aquellas primeras. Así tenemos por ejemplo el martillo para clavar un clavo, o un serrucho para cortar una pieza de madera.

Una herramienta manual o de mano se utiliza para ejecutar de forma apropiada, sencilla y con el uso de menor energía algunas tareas constructivas o de reparación. Estas herramientas manuales generalmente son de metal, madera, fibra, plástico o goma.

Las herramientas manuales parecen tan sencillas que a veces se olvidan las graves consecuencias que un diseño, fabricación, elección o utilización incorrectos pueden tener sobre la seguridad y salud del trabajador. A veces, los daños aparecen a largo plazo, contribuyendo a menospreciar la importancia que tienen para la salud.

Es fundamental la prevención de accidentes y enfermedades asociadas al trabajo manual. Identificar los peligros, evaluar los riesgos y aplicar medidas que nos orienten en tener ciertos criterios para la adquisición, elección y utilización de herramientas manuales.

Es importante definir como “herramienta” tanto aquellos útiles simples que requieren para su funcionamiento exclusivamente la fuerza humana, como aquellos que se sostienen con las manos, pero son accionadas por motores eléctricos o de combustión interna, por medios neumáticos o por medios hidráulicos.

Existen diversas clasificaciones de herramientas manuales en función de la tarea a realizar. El tipo de tarea y acción serán determinantes para definir la clase de herramienta manual y evaluar los riesgos a los que estará sometido el trabajador y las medidas preventivas a adoptar.

Dependiendo de la acción a realizar por el trabajador, tenemos herramientas para cortar, apretar, agarrar (tijeras, alicates, cuchillos), para martillar (martillos, mazos, picos), para montaje (destornilladores, llaves, punzones), de corte (tijeras, alicates, cuchillos), entre otras muchas labores, dependiendo de la actividad en la construcción.

Búsqueda de eficiencia y productividad

Al revisar los indicadores de la industria de la construcción nos encontramos con una construcción más bien semi industrializada o semi artesanal, lo que moviliza a los actores a buscar mejoras en eficiencia y productividad.

Arquitectos, ingenieros y todos los profesionales asociados con el sector de la construcción no han sido ajenos a los nuevos procesos digitales y han ido incorporando de forma paulatina tecnologías tanto en los equipos o maquinarias, como en áreas de la planificación de los proyectos.

En la industria de la construcción es creciente la incorporación de la tecnología, mejorando de forma importante los indicadores de productividad del sector. Donde al producirse elementos bajo condiciones controladas, con procesos repetitivos, secuenciados y con mano de obra especializada, resultan en algo mucho más rápido, preciso, limpio y, por tanto, más eficiente y productivo.

No obstante, la herramienta manual tiene su homólogo como herramientas eléctricas o digitales que son el tipo de herramienta que surgió en el momento que descubrieron la electricidad y muchos fabricantes vieron la necesidad de adaptar tales utensilios para que funcionen en corriente, facilitando aún más el trabajo del hombre en distintas tareas que requieran cierta fuerza.

Las herramientas eléctricas son aquellas herramientas que funcionan a través de la corriente eléctrica o baterías. Están compuestas de un mecanismo eléctrico adicional que las transforma en máquinas. La fusión entre máquina-hombre es sorprendente para realizar un sinfín de trabajos con un tiempo récord y con una precisión y una eficacia muy superior.

Pero las herramientas manuales se siguen utilizando y lo harán siempre en el futuro, pues un trabajador de la construcción, al aprender un oficio, lo hace utilizando las herramientas manuales, y así comprende los principios básicos de la técnica de su oficio como del corte, del golpeteo, torsión, aprete, montaje, etc.

Posterior a ello debe conocer el uso de las herramientas eléctricas. Para estas últimas se requieren de energía eléctrica o baterías para funcionar. A falta de esta se debe operar con las herramientas manuales que funcionan con la fuerza motriz humana.

En resumen, podemos decir que las herramientas manuales siempre estarán presentes en todas las actividades de la construcción, pues dependen de la técnica de uso y de la fuerza motriz humana. No dependen de la energía externa como la eléctrica, baterías u otro tipo de energía.

Además, es muy importante considerar que los accidentes producidos por las herramientas manuales constituyen una parte importante del número total de accidentes de trabajo y en particular los de carácter leve. Por tanto, es fundamental conocer los principales riesgos derivados de las herramientas de uso común, causas que los motivan y medidas preventivas básicas.

Las medidas preventivas se refieren a la fase de diseño de la herramienta, las prácticas de seguridad asociadas a su uso, las medidas preventivas específicas para cada herramienta en particular y finalmente la implantación de un adecuado programa de seguridad que gestione la herramienta en su adquisición, utilización, mantenimiento y control, almacenamiento y eliminación.