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Elija con responsabilidad el sistema de riego que más se adapte a su jardín
Autor: Constructor, publicado el
A pesar de la gran sequía que estamos viviendo actualmente, las áreas verdes requieren hidratarse. En esta nota, Sergio Olmos, docente de Duoc UC, sede Maipú, explica cuales son los distintos tipos de riego para plantaciones caseras.
Antes de revisar las diferentes alternativas existentes para regar jardines, debemos comprender el entorno global en que nos encontramos. En Chile, hoy estamos en una situación grave tanto de sequía como de escasez hídrica, entendiéndose la sequía como un fenómeno meteorológico y escasez como un desbalance a largo plazo entre la oferta y la demanda.
Cifras provenientes de distintas fuentes dan cuenta de la frágil situación del recurso hídrico: un 76% de la superficie chilena está afectada por sequía, desertificación y suelo degradado.
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La totalidad de los glaciares estudiados están en retroceso por el aumento de temperatura, mientras 110 acuíferos del país se encuentran actualmente con una demanda comprometida superior a su recarga.
Según el último balance hídrico realizado por la Dirección General de Aguas DGA (2020), entre 13 y 37% han disminuido los últimos 30 años los caudales de agua superficial de las cuencas del Aconcagua, Maipo, Rapel, Mataquito y Maule. En este mismo estudio se proyecta un aumento de temperatura entre 1 y 2,5°C con una baja de precipitaciones que indica una reducción de hasta 50% entre el 2030 y 2060 en algunas zonas del país.
Ante este escenario, debemos ser muy responsables al momento de pensar en nuestros jardines; el tamaño, cantidad de prados, plantas, arbustos, árboles, de manera de buscar un equilibrio entre todos estos elementos.
En paralelo con el diseño que pensamos para el jardín se debe tener en cuenta la mantención y principalmente el riego, el uso del recurso hídrico.
Con un diseño del jardín ya definido y con la llegada del calor y el verano, el riego pasa a ser una prioridad entre los cuidados del jardín.
Las plantas necesitarán en estos meses una mayor cantidad de agua para combatir las altas temperaturas. Sin embargo, no existe una única forma de regar.
Las diferentes opciones que se pueden elegir de acuerdo con la que se adapta a las condiciones del jardín, pueden ser varias.
Riego manual
Con regadera o manguera, aunque hay que decidir si se va a realizar en forma manual o si necesita riego automático. Esto dependerá de la disponibilidad, del tamaño del jardín y de la cantidad de plantas que tenga el jardín.
El riego manual puede hacerse con regadera, una solución sencilla para regar pocas plantas. Sin embargo, cuando se trata de regar un jardín, por pequeño que sea, se hace necesaria una manguera equipada con pistola o con lanza para poder regular el caudal de agua, y con un mecanismo para enrollarla y mantenerla recogida en una pared, por ejemplo.
Riego automático
Si se tiene un jardín amplio y espacioso, tratar de regarlo con una manguera puede ser muy poco práctico. En este caso se requieren soluciones automatizadas que te permitan establecer pautas de riego adecuadas para tus plantas.
El riego automático te libera del trabajo de regar y, además, permite ahorrar agua al rentabilizar su consumo.
Por otro lado, si se conecta al sistema un programador, se pondrá en funcionamiento y se parará sin que tú tengas que estar pendiente.
Para determinar qué sistema es el más conveniente, se deben tener en cuenta factores que determinan qué método es el mejor para regar el jardín. Además de la extensión del mismo, o del tipo de plantas que existan, también influye el clima de la zona (si llueve poco o mucho) o el tipo de suelo y su capacidad de drenaje.
En cualquier caso, el objetivo al elegir el sistema de riego es, además de que las plantas estén bien hidratadas, utilizar el agua de una manera lo más sostenible y eficiente posible.
Riego por aspersión
Otra forma a considerar es el riego por aspersión, para el caso que se tenga que regar una pradera extensa, lo mejor es instalar aspersores capaces de pulverizar el agua en forma de gotas pequeñas que alcancen una zona amplia. Como, además, son giratorios la superficie de riego se incrementa.
Lo mejor del riego por aspersión no es únicamente que se puede regar una gran extensión de jardín en poco tiempo, sino que es un método muy sostenible, ya que se logra un ahorro de agua del 75%.
Riego por goteo
Otra forma eficiente para regar, es el riego por goteo, el cual puede ser manual o automático, que resulta muy práctico en jardines amplios, para aportar agua a árboles, a un huerto en el que se haya sembrado hortalizas, o a contenedores con plantas como macetas y jardineras.
Es un sistema muy eficiente porque ahorra bastante agua, ya que esta no se evapora, sino que llega directamente a la tierra. Consiste en una red de tubos conectados a una llave en el que se ha instalado un reductor de presión.
Desde un tubo principal parten otros más pequeños que llegan hasta las propias plantas, al terreno o al sustrato de las macetas. Estos tubos tienen pequeñas perforaciones en las que se colocan goteros.
Se trata de un método de riego muy adecuado para árboles y arbustos, y también para plantas más pequeñas que están en pleno proceso de crecimiento, ya que es posible regular la cantidad de agua.
La posibilidad de automatizar el riego por goteo lo puede hacer más eficiente aún, pues se tiene la posibilidad de incorporar un programador para automatizar el proceso.
De esta forma se podrá decidir cuándo y cómo regar el jardín y plantas, sin tener que estar pendiente en el momento. Es un buen sistema si se va a ausentar durante un tiempo o cuando sale de vacaciones. También brinda una mayor comodidad.
Riego de superficie
Otro sistema muy eficiente es el riego de superficie, el cual es una manera fácil, rápida y económica de establecer un sistema de riego para el jardín, ya que no requiere de una compleja instalación.
Se debe conectar el sistema de riego a una toma de agua mediante un tubo flexible. El agua de riego puede proceder de una llave de la red de agua o de un depósito de agua de lluvia, por ejemplo.
Existen distintos mecanismos de riego de superficie para dispersar el agua en diferentes chorros en forma de abanico (lo que se conoce como riego oscilante), o para pulverizarlo en círculo (con aspersores regulables). Es un método adecuado para setos y macizos de flores, por ejemplo.
También es muy usado bajo superficie y es adecuado este sistema de riego para grandes superficies de jardín, aunque no deja de ser más complejo de instalar ya que va enterrado en el suelo.
Es necesario hacer un esquema del jardín teniendo en cuenta las plantas a regar. Después hay que cavar zanjas, conectar los mecanismos necesarios y enterrarlos.
Si se tiene una gran extensión de césped y se requiere contar con una pradera verde y mullida, merece la pena que realizar la inversión necesaria y se adopte por un sistema de riego bajo tierra.
Existen mecanismos inteligentes que ayudan bastante, independiente del sistema de riego que se defina, va a liberar del trabajo de tener que estar presente para aportar agua a las plantas es contar con un programador. Hoy existen mecanismos muy avanzados que permiten decidir el momento exacto en que se riega el jardín y sistemas para gestionar el riego a distancia a través del smartphone.
También puedes contar con soluciones inteligentes que se conectan a través de internet a estaciones meteorológicas para ajustar el riego según el tiempo atmosférico.