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Conozca los aditivos: Otorgan interesantes propiedades al hormigón

Autor: Ivan Urbina, publicado el

Estos elementos se aplican mientras el hormigón está en pleno proceso de mezcla. Pueden acelerar o retardar el fraguado, impermeabilizar el concreto, etc. 

El hormigón es un insumo muy complejo. Puede aumentar o disminuir resistencia dependiendo de las dosificaciones de su composición; puede utilizarse para obra gruesa, terminaciones, como mortero, y además tiene grandes propiedades que lo hacen un elemento predilecto en el rubro de la construcción.

Y tan compleja es esta mezcla que incluso se pueden alterar algunas de sus propiedades gracias a los aditivos. 

¿Qué son los aditivos para hormigón?

Los aditivos para hormigón son compuestos de naturaleza orgánica o inorgánica que se incorporan a la mezcla de hormigón para modificar su desempeño físico y mecánico.

“Son compuestos químicos, orgánicos y no orgánicos que buscan modificar las propiedades del hormigón, como la resistencia, la ductilidad, plasticidad, capacidad de trabajo en frío y calor, entre las más importantes”, detalló José Ignacio Torres, director de la Escuela de Construcción de Universidad de Las Américas (UDLA).

Es decir, pueden cumplir diferentes funciones dependiendo del objetivo que se quiera lograr con ellos. Son capaces de acelerar o retardar el secado de la mezcla, impermeabilizar, entre otras interesantes funciones. 

Estas características hacen que los aditivos sean químicos muy utilizados en las grandes obras y edificaciones, dependiendo de los requerimientos. 

Mucho ojo con la protección

Al igual que cualquier otro insumo fabricado con productos químicos complejos, los aditivos pueden causar daños a la piel si es que entran en contacto prolongado con la misma. 

“Como todos los químicos, los aditivos pueden provocar reacciones negativas ante su contacto con la piel, por lo que se debe evitar tocarlo. La recomendación es ponerse siempre guantes de goma previo a usar estos elementos”, aseguró Torres. 

Tampoco hay que dejar de lado el uso de ropa larga, es decir, camisas o polos de manga larga, y pantalones largos y resistentes.