Mujeres Maestras

Restauradora alemana se capacitó en soldadura para proteger las piezas de arte de los sismos chilenos

Autor: Ivan Urbina, publicado el

El terremoto del 2010 golpeó fuertemente a Anja Stabler, quien había llegado recién hace cuatro años al país. Decidió aportar a la restauración de piezas históricas del arte, y hoy se preocupa de proteger sus obras a través de las estructuras metálicas.

Miles de casas y edificios quedaron en el suelo después del 27 de febrero del 2010. Un terremoto de 8.8 grados en la Escala de Richter azotó fuertemente al sur del país, cambiando por completo la vida de muchas personas.

Testigo de ello fue Anja Stabler, restauradora de arte alemana que vive desde 2006 en Chile, y que vio con dolor todo el sufrimiento que vivieron tantas personas. 

Entre tanta desgracia, Anja se dio cuenta que, desde su posición, podía aportar para la restauración de museos, centros culturales y piezas de alto valor patrimonial que resultaron altamente dañadas. 

“Soy conservadora especializada en objetos arqueológicos e históricos, he trabajado restaurando piezas en distintos museos, de hecho, luego del 2010 realicé varios trabajos. Ese mismo año trabajaba en la exposición de los guerreros de Terracota, donde por suerte se había contratado a una persona especialista en soportes y no tuvimos daños”, contó la profesional, que también ha trabajado en los museos Andino y Precolombino y el Centro Nacional de Conservación y Restauración.

Es que el mismo destino la empujó a realizar estas labores debido a que adoptó a Chile como su país. De hecho, hasta formó una familia acá: hoy tiene tiene dos hijos y vive en la comuna de San Bernardo.

Soldadura: Necesaria para sus obras

En las últimas semanas, la profesional europea ingresó al Centro Técnico de la compañía Air Products Indura para formarse en la técnica de soldadura llamada TIG.

La soldadura TIG o soldadura de gas inerte de tungsteno es un proceso de soldadura por fusión con propiedades especiales que permiten producir cordones de soldadura precisos y de alta calidad.

¿Por qué decidió dar este paso? Este tipo de soldadura destaca por sus prestaciones en precisión y limpieza y es ideal para aplicaciones en la construcción de soportes de obras de arte o piezas de alto valor histórico y patrimonial. Por lo tanto, la alemana vio en la capacitación una necesidad para seguir aportando a la restauración de valiosas piezas. 

En la actualidad, Anja trabaja como conservadora y restauradora en el Centro Cultural La Moneda, y ha colaborado en montar exposiciones que exhiben obras provenientes de El Vaticano o el Antiguo Egipto. 

“En un país donde existen terremotos, nuestro objetivo es que una exposición no se vea afectada por un evento sísmico. Para eso es fundamental contar con soportes, que son un tipo de gancho que afirman la pieza. Este soporte debe presentarse de forma bonita y educativa, y no todo puede estar en vitrina”, explicó Stabler.

Su experiencia con los metales

Como en Chile los recursos en cultura son menos que en Europa o Estados Unidos, Stabler empezó a indagar en técnicas de soldadura. Incluso compró sus propias herramientas, las que quedaron ‘juntando polvo’ hasta antes de matricularse en el curso del CIT de Air Products Indura.

“Mi día a día es organizar exposiciones, y gran parte del trabajo es montar, mantener y desmontar piezas. Por eso me involucré en el tema de la soldadura para los soportes. Para piezas más chicas, se usa bronce y se suelda con soplete, pero para las más grandes se necesita acero. Ahí conocí la soldadura al arco”, sostuvo.

La especialista dice que el curso le permitió diseñar sus primeras piezas. Logró soldar un prototipo para mandar a hacer un soporte que pudiera proteger 240 piezas de una exposición fotográfica. Lo hizo el mismo día en que terminó sus clases.

Si bien es cierto que en el mundo de los soldadores, históricamente predominan más hombres, fue muy bien recibida por sus compañeros, siendo la única mujer de la promoción del curso.

“Antes hice cursos en varios países y ahí descubrí la técnica TIG, que es mucho más limpia, no saltan chispas, no quedan escorias y se necesita ser muy minuciosa. Este método es ideal para el tamaño de las piezas que necesitamos. Las obras de un museo son piezas únicas, y tienen un valor que no se puede calcular”, finalizó la restauradora.