Mujeres Maestras

Maestra lleva la carpintería en la sangre y hoy construye muebles rústicos a medida

Autor: Ivan Urbina, publicado el

Carolina Rosende, hija y nieta de carpinteros, logró instalar su taller hace seis años en la comuna de Gorbea, en La Araucanía. Hace poco dio el salto y pudo al fin ampliar su espacio de trabajo.

Cuando era niña, Carolina Rosende (45) hacía poco caso al hecho de tener una familia ligada a la carpintería. Su abuelo y su papá tenían la tradición de trabajar con madera, creando diferentes estructuras en base a esta materia prima y, a pesar que ella solía acompañar a su tata en sus labores, ni se le pasó por la cabeza que iba a terminar teniendo su propio taller de carpintería.

Todo comenzó tras volver de su viaje a Sudáfrica, exótico país al que fue a trabajar en una oficina de contabilidad. Al aterrizar en Chile, se fue a vivir a la comuna de Gorbea, en la Región de La Araucanía, y se hizo cargo de sus dos pequeños hijos, dejando de lado el trabajo por un buen tiempo.

Un día, surgió la posibilidad de inscribirse en una capacitación. “Me inscribí en el programa Jefas de Hogar, en un curso de carpintería de la comuna junto a otras 12 mujeres. Me llamaba la atención este rubro porque vengo de una familia de carpinteros. En ese curso aprendí mucho, así que decidí armar mi propio taller en casa, confeccionando muebles y vendiéndolos a pedido”, relata Carolina.

Así nació Rusticmuebles (@rusticsur_taller en Instagram), donde Carolina diseña y fabrica muebles de madera con un toque rústico.

Poco a poco fue armándose una larga cartera de clientes, hasta llegar al momento en que su pequeño taller ya no daba abasto. A pesar de que siempre ha trabajado sola, supo que tenía que dar el salto y armarse un taller más grande.

“Mi taller era una pequeña habitación cuando recién comencé, y ahí yo hacía los muebles. Pero en el taller chico no podía hacer muebles grandes, como mesas, porque no me daba el espacio tenía que hacerlas afuera. Ahora con el tiempo, postulando a proyectos de Sercotec, he conseguido construir un taller más grande”, cuenta la maestra.

“Lo más importante es ser siempre responsable”

Así como el taller de Carolina creció en los últimos años, el negocio se vuelve cada vez más rentable gracias a que la cartera de clientes aumentó en cantidad. Según la carpintera, esto se debe a que siempre lleva la responsabilidad por delante.

“Para mí, lo más importante es ser siempre responsable. Cuando un cliente me pide un trabajo lo hago siempre al gusto del cliente, y también lleva mi toque que es lo que a la gente le gusta. Si le digo a la persona que va a estar el trabajo listo en tal fecha, en esa fecha se lo entrego. Y si no alcanzo, le aviso. Es importante ir conversando con los clientes”, señala.

Por ahora, su próximo objetivo es tener la autosuficiencia para contratar a un ayudante, persona que asegura, le hace mucha falta, sobre todo en las labores más pesadas del rubro.

Su día a día

Una relación equitativa. Así podríamos definir el matrimonio que Carolina tiene con su esposo César hace ya más de 17 años. Él es un hombre bastante trabajador en su rubro de agricultor, pero al tema de la mueblería no le pega tanto. De hecho, cuando se echa a perder algo en la casa de la familia, es ella quien se pone los guantes y lo repara.

A pesar de ello, su apoyo mutuo no se tranza por nada del mundo. “Él siempre me ayuda, cuando tengo que cargar maderas, por ejemplo. O cuando tengo que cargar algún mueble pesado. Además siempre se queda con mi hijo chico, cocina y hace las labores del hogar cuando tengo mucho trabajo”, concluye.