Mujeres Maestras

Llegaron de la mano desde Colombia y hoy son una pareja experta en cerrajería

Autor: Ivan Urbina, publicado el

Los parceros Natalia Rivera y Daniel Montoya llegaron hace cinco años a Chile, manejando lo básico de este rubro. Hoy en día han aumentado su cartera de clientes y buscan ampliarse a la cerrajería automotriz.

Siete años han pasado desde que Natalia Rivera (30) y Daniel Montoya (35) comenzaron su relación de pareja en Colombia. Aunque con una particularidad importante: ambos dedicándose a labores de cerrajería.

Eso sí, cuentan que en el país cafetero las chapas son casi universales, y su sistema dista mucho de los cerrojos en Chile, país al que emigraron hace cinco años.

Por eso, al llegar a esta larga y angosta faja de tierra, vieron una oportunidad de oro para emprender y aprender sobre este rubro.

“Llegamos a Chile como turistas. Sabíamos lo esencial en cerrajería, lo básico. Cuando llegamos aquí me di cuenta que había muchísimas puertas y edificios, y aquí hay una gran variedad de chapas. Así que decidimos quedarnos y emprender. Acá fue como la universidad de nosotros”, relata Natalia.

En la actualidad, se puede decir que trabajan juntos, pero no revueltos. Ambos tienen pymes de cerrajería separadas: Natalia funciona como “Cerrajera Rivera” (@cerrajera_rivera en Instagram), mientras que Daniel tiene su emprendimiento llamado Cerrajero DM (@cerrajerosdm en la red social). Realizan servicios por toda la Región Metropolitana.

Desafíos y beneficios de trabajar en pareja

Si bien ambos tienen empresas distintas, muchas veces salen a trabajar juntos como socios. ¿Qué significa el trabajar en pareja para ellos, un desafío o un beneficio?

“Trabajar en pareja es algo muy positivo para nosotros, porque podemos salir adelante los dos juntos y de la mano. Así estamos unidos para un mismo objetivo, y podemos ayudarnos mutuamente para lograr las metas”, señala Daniel.

Para ellos, el trabajo en conjunto es una gran ventaja, ya que se complementan el uno al otro con una química increíble.

“Yo no soy muy buena soldando, aunque Daniel sí es súper bueno, entonces este trabajo lo hacemos en equipo porque él es super bueno en la soldadura y el trabajo le queda muy lindo. Mientras yo vendo las chapas y las instalo, Daniel hace lo que es la soldadura, la adaptación, y la ganancia la dividimos por igual”, cuenta la colombiana.

Eso sí, como en toda pareja, tanto laboral como amorosa, las discusiones nunca están exentas. Sin embargo, saben como resolver estas situaciones.

“Es lo más normal que hayan discusiones. A veces estamos molestos, pero si sale algún trabajo igual vamos, siempre ponemos el trabajo como prioridad. A veces, para resolver las discusiones, salimos a comer después de la pega, o vamos al cine, o bien descansamos. O incluso, programamos un paseo para el fin de semana”, cuenta Natalia.

Agrega que “lo más importante es que nos preocupamos mucho el uno por el otro. Si él sale más temprano que yo a trabajar, lo llamó para saber cómo está, saber si comió algo. Él también es así conmigo, o sea, si él llega primero a la casa prepara una comida para cuando llegue, o cuida a nuestro hijo”.

“Lo que tenemos es compañerismo y preocupación. Nos cuidamos como pareja, y por eso en lo laboral nos va muy bien, tenemos muchísima química laboral”, ratifica.

Por el momento, las metas de la pareja son seguir creciendo en lo laboral, siempre del lado de su amor. En un futuro cercano buscarán ampliar su rubro y dedicarse también a la cerrajería automotriz.