Consejos Constructor

Tips para aislar correctamente la vivienda y evitar las fugas de calor

Autor: Ivan Urbina, publicado el

Con esta serie de consejos podrá enfrentar el invierno que se avecina. Lo importante es utilizar los materiales correctos. 

De nada sirve tener un buen sistema de calefacción en el hogar si no hay una correcta aislación térmica. 

Para comenzar, debemos señalar que la aislación térmica significa reducir las pérdidas de calor desde un espacio interior hacia la intemperie, mejorando así la eficiencia energética, e incluso logrando un ahorro económico.

“Es importante aislar porque de esta forma se mejoran las condiciones de habitabilidad de la vivienda y se economiza al hacer más eficiente el sistema de calefacción. Esto al disminuir las pérdidas térmicas a través de la envolvente (techumbre, tabiques o muros perimetrales y pisos ventilados)”, explicó Luis Carrasco, jefe de área técnica y acústica de Volcán.

“Se debe revisar si la vivienda cuenta con el aislamiento adecuado, ya que sobre todo en viviendas antiguas puede que esto no esté bien tratado, considerando que la reglamentación térmica comenzó a regir cerca del año 2000”, agregó. 

Materiales para aportar en la aislación térmica

Como explicó el experto, la aislación térmica se puede producir en techumbres, muros, cielos, puertas y ventanas. 

En cuanto a las techumbres, muros y cielos, es importante elegir aquellos materiales que posean las siguientes características: 

– Baja conductividad.

– Aislamiento acústico y térmico.

– Resistencia al calor y a la radiación solar.

– Resistencia a agentes externos como el viento y la humedad.

En base a ello, existen algunos insumos famosos por su gran aporte a la aislación térmica y acústica. Los más famosos son el poliestireno expandido, la lana mineral y la espuma de poliuretano expansiva. 

Poliestireno expandido. Se utiliza en paramentos verticales y horizontales. Destaca por su ligereza, resistencia y bajo costo. Se fabrica con un polímero termoplástico, es decir, un material plástico esponjoso que otorga una buena propiedad térmica. Además, es capaz de amoldarse a ciertos espacios.

Lana mineral. Otorga una gran aislación térmica y es capaz de amoldarse a diferentes superficies, aunque es un poco costoso. Posee altos niveles de protección al fuego y al calor.  “Los productos de lana de vidrio y lana mineral tienen un buen aislamiento térmico, y son productos no combustibles y que aportan al aislamiento acústico de la solución constructiva”, señaló Carrasco.

Espuma aislante. Viene en formato de spray, y su particularidad radica en que se expande al aplicarse. Sella, impermeabiliza y aísla, además de resistir la humedad y eliminar cualquier rastro de puente térmico. Para muchos, el mejor aislante del mercado.

Espuma expansiva de poliuretano.

Recomendaciones de aislación

Existen diversas alternativas de aislación térmica y acústica novedosas en el mercado. Entre ellas, materiales combinados que aportan eficiencia. 

“Para viviendas con muros de hormigón o albañilería, se puede aislar por el interior, utilizando paneles compuestos por yeso cartón y poliestireno expandido, o por el exterior, con un sistema de aislación tipo EIFS, o fachada ventilada”, sostuvo el experto. 

En cuanto a las techumbres, es aconsejable ocupar más de una capa del material que utilizaremos para la aislación. 

Aislación en ventanas

Otra zona importante del hogar donde se podrían producir fugas de calor son las ventanas. En ese sentido, la recomendación principal es utilizar ventanas idóneas para la aislación térmica. Las ventanas de doble vidrio hermético, también conocidas como termopaneles, son opciones ideales. 

Sin embargo, el termopanel es costoso y no todos tienen la posibilidad de adquirir una ventana de este material. En ese caso, los burletes son una buena opción: su composición son pequeñas piezas de PVC que se colocan en el borde de las ventanas y puertas y tienen un objetivo principal: aislar al máximo posible tanto del frío como del ruido.

Una buena cortina también puede aportar en la aislación. De hecho, existen algunos modelos destinados, específicamente, a la termicidad para los climas fríos.