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Cinco prácticas organizacionales para apoyar una construcción sostenible

Autor: Constructor, publicado el

Las tendencias apuntan a generar una construcción respetuosa y amigable con su entorno. Cualquier empresa del rubro puede comenzar por estas prácticas. 

La construcción sostenible tiene que ver con aquella que es respetuosa con el entorno y se adapta a las condiciones del medioambiente, según afirmó la Universidad Europea. 

La tendencia en la actualidad apunta hacia este método de construcción. Es decir, ahorrando recursos mediante la utilización de materiales de bajo impacto ambiental y social. También minimizando el consumo energético gracias a la bioconstrucción, garantizando el bienestar del entorno y sus usuarios: las personas.

Una larga tarea por delante

De acuerdo a un informe de Naciones Unidas, la construcción y el uso de edificios continúa siendo responsable de más del 34% de la demanda energética, y cerca del 37% de las emisiones de CO2 relacionadas a la energía y sus operaciones.

Según Volcán, “el sector de la construcción es uno de los más importantes de la economía; desde ese sitio puede convertirse en un aliado estratégico para contribuir a la lucha contra el cambio climático, demostrando que sí se pueden incorporar acciones claves para garantizar la sostenibilidad en los procesos de producción y la propuesta de valor entregada”. 

De hecho, desde la compañía chilena hicieron un listado con cinco de las prácticas que podrían tomar otras empresas para aportar al cuidado y la preservación del medioambiente. 

1. Electromovilidad. Utilización de energía eléctrica para el desplazamiento de insumos. Según su propia experiencia, esta práctica tiene beneficios tales como la emisión de cero partículas contaminantes y menores residuos peligrosos, pues no requieren lubricantes ni filtros.

2. Logística optimizada. Optimización de rutas de entrega a través de softwares para ahorrar costos al reducir los kilómetros recorridos. Con menos camiones en la carretera se disminuyen significativamente las emisiones de carbono.

3. Gestión de residuos. Separación y reciclaje de los embalajes no domiciliarios como plástico, cartón y vidrio. Sin duda, la acción genera menos contaminación ambiental y cumple con la legislación vigente.

4. Declaración ambiental de productos. Análisis e información precisa y verificable sobre el impacto de sus productos. ¿El objetivo? Que los profesionales de la construcción tomen decisiones informadas a la hora de escoger los insumos para sus  proyectos, sus componentes y sus ciclos de vida.

5. Reducción del consumo energético. Trata de estrategias para la gestión de la energía (gas y eléctrica), instalando, por ejemplo, intercambiadores de calor. Genera ahorro en el consumo.