Vitrina del Maestro

Guía para principiantes: Diferencias entre clavos, pernos, remaches y tarugos

Autor: Ivan Urbina, publicado el

Tantos conceptos hacen que algunos primerizos en el tema de la construcción puedan confundirse. 

Existe una infinidad absoluta de fijaciones y sujeciones para proyectos de construcción, mueblería o bricolaje. 

Entre las fijaciones más comunes encontramos pernos, tornillos, remaches, entre otras muchas otras alternativas. La elección depende netamente del requerimiento de las obras.

Sin embargo, nada garantiza el no llegar a equivocarse, sobre todo en el caso de los maestros  principiantes.

Por eso, en esta Vitrina del Maestro damos a conocer las características y diferencias de las fijaciones más comunes en proyectos y obras. 

Clavos

Los clavos son unas de las fijaciones más clásicas y presentes en casi cualquier proyecto.  

Es una pieza de metal delgada, en cuyos extremos se encuentra una cabeza y una punta. Su principal objetivo es fijar elementos de construcción o colgar cosas sobre ellos. 

El clavo se define por su forma y por su facilidad de instalación, ya que solamente se necesitará de un buen martillo para fijarlo a ciertas superficies.

Existen diferentes tipos de clavo dependiendo del requerimiento. Es decir, existen clavos destinados a  hormigón, madera, plástico, yeso, etc. 

Los clavos suelen utilizarse en labores de carpintería y mueblería.

Tornillos

Los tornillos son piezas metálicas que contienen una rosca en su estructura, la cual permite sujetar una cosa a otra. 

Se utilizan para unir dos o más piezas de metal, madera, plástico u otros materiales. 

Los tornillos se componen por una cabeza, un vástago, una punta y un paso. Se caracterizan por tener una cabeza con una forma específica, siendo las más comunes las de cruz y paleta. 

Se suelen confundir con los pernos. La principal diferencia es que el tornillo acaba en punta, lo que, en la mayoría de ocasiones, lo convierte en una fijación autorroscante. El perno, en tanto, tiene una rosca métrica, por lo que necesita de un agujero previamente creado para  sujetar una pieza. Además, este último se utiliza con tuercas para otorgar firmeza, lo contrario que los tornillos, que funcionan por sí solos. 

Pernos

Los pernos son piezas metálicas cilíndricas con una punta chata, una cabeza y un cuerpo que es enroscado en la mayoría de ocasiones.

Su función principal es sujetar una o más piezas con la ayuda de una tuerca, la cual se enrosca en su  estructura. 

Según su uso, puede tener diferentes formas en su cabeza, las cuales definirán cuál tipo de llave debemos utilizar para apretarlos.

Son elementos muy versátiles y destacan por la calidad de sujeción que pueden brindar. Por ello, los pernos se ocupan tanto en construcción, mueblería y carpintería, además de la fabricación de automóviles, maquinaria pesada, etc. 

Tuercas

Las tuercas van de la mano de los pernos. En general, se trata de piezas metálicas de cuatro o seis lados, cuyo agujero se enrosca directamente en el perno para otorgar mayor resistencia y sujeción.

El objetivo de las tuercas es favorecer la unión de distintos objetos que sean apernados. Cuando una tuerca y un tornillo se acoplan, se logra la fijación de los mismos.

Remaches

Los remaches consisten en un tubo cilíndrico cuya cabeza tiene un diámetro mayor que el resto de su cuerpo. Esto con el fin de que, al introducir un remache en un agujero pueda ser encajado. y sujetado firmemente.

En el mundo de la construcción, los remaches se utilizan para unir dos piezas metálicas, de madera, aluminio, plásticos, etc.

Una de sus principales características es que crea uniones ciegas, lo que conlleva a una unión fuerte y duradera. 

Para instalar remaches, debemos tener a mano una remachadora.

Golillas

Las golillas o arandelas son piezas circulares hechas de acero u otro material complementable con tornillos o pernos. 

La función de las golillas es soportar una carga al poner un perno o tornillo, aislando la fijación de una posible corrosión. También sirve para evitar la fricción entre la fijación y una determinada superficie.

Cáncamos

La rosca en su cuerpo permite sujetarse de manera bastante firme a una superficie, por lo que es ideal para levantar o sostener objetos pesados o de gran magnitud.

Es importante apretar de buena manera el cáncamo para asegurar que aguante. También es recomendable no abusar, y utilizar el cáncamo correcto dependiendo del requerimiento.

Tarugos

Un tarugo es un elemento que se ocupa para asegurar un tornillo a un elemento estructural de hormigón, madera, etc. 

Dependiendo de la superficie a trabajar, existen distintos tarugos destinados, por ejemplo, a hormigón, ladrillos, tabiques y muros revestidos con cerámica.

Para instalarlos, debemos agujerear una superficie, instalar el tarugo con el uso de un martillo de manera suave, y luego instalar un tornillo del mismo grosor. 

Existen diferentes tipos de tarugo, siendo los más populares los tarugos mariposa, los tarugos clavo y los tarugo nylon.