Columna.
Cucarachas en mi cocina: ¿Cómo evitar visitas de estos indeseables insectos?
Autor: Ivan Urbina, publicado el
La presencia de estos insectos va de la mano con condiciones ambientales de humedad, calor y presencia de alimentos. En esta columna, Óscar Astroza, coordinador del Diplomado de Diagnóstico y Control de Plagas Urbanas de la Universidad de Las Américas, explica cómo evitar la aparición de cucarachas en un espacio propicio como la cocina.
Las cucarachas son insectos que culturalmente nos han generado repulsión, y no es para menos. Durante décadas hemos conocido el impacto negativo que generan en nuestra salud, desde la transmisión de enfermedades y la contaminación de nuestros alimentos, lo cual también nos genera pérdidas económicas, tanto en nuestros hogares como en restaurantes y lugares de venta de alimentos.
Las cucarachas más comunes en nuestras cocinas son las pertenecientes a la especie ‘Blatta orientalis’ y la ‘Blattella germánica’. Ambas tienen requerimientos ambientales muy similares: temperaturas y niveles de humedad altos, condiciones que no poseemos de forma natural en nuestro país, sino que es más común vivirlas en países de climas tropicales. Sin embargo, esto no quita la posibilidad de que las podamos generar artificialmente, siendo el lugar más más propicio para ello nuestras cocinas.
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¿Por qué las cocinas?
Sucede que los hornos y cocinas prendidas generan la temperatura necesaria. Esto se suma a nuestros hábitos de limpieza, comúnmente dados por la acción de trapear con abundante agua. También los derrames de líquidos y la simple acción de calentar agua contribuyen con la generación de un ambiente húmedo que, sumado a las altas temperaturas ya mencionadas, permiten un ambiente óptimo para el desarrollo de estos insectos.
Estas condiciones, más la disponibilidad de alimento y refugio, entregan todo lo necesario para la proliferación y expansión de las cucarachas, sea en una casa, departamento u otro tipo de cocinas, principalmente en edificios, donde las temperaturas en el interior permiten su movilidad desde los pasillos o shafts de basura.
Por ello, una de las acciones que incluye el Manejo Integrado de Plagas (MIP) es el ambiental y cultural. Es decir, cómo controlamos las condiciones ambientales que puedan generar espacios propicios para el desarrollo de plagas.
¿Cómo evitar cucarachas en las cocinas?
En el caso de cucarachas, se deben reducir las posibilidades de cúmulo de agua en las cocinas, eliminar la posibilidad de áreas y rincones que queden con restos de comida, tapar espacios entre cerámicas quebradas, fracturas entre piso y pared que puedan servir de albergue, y bloquear áreas de entradas, principalmente en edificios como gomas para debajo de la puerta, entre otros.
Son variadas las alternativas para hacer de nuestras cocinas lugares libres de cucarachas. Eso sí, todas estas alternativas deben considerar que las cucarachas, como todos los seres vivos, buscan lugares que les permitan optar a recursos mínimos para sobrevivir y proliferar. Es decir, acceso al agua, alimento y refugio.
Desde ahí, el Manejo Integrado de Plagas, en primer lugar, considera en el control en la restricción de estos recursos y generar las condiciones ambientales más adversas a sus preferencias. Por ello, se recomienda un trabajo de tres líneas: en la infraestructura, un trabajo cultural, y posteriormente la utilización de químicos llamados plaguicidas. Siempre se recomienda que estos últimos sean aplicados por una empresa de control de plagas.
Si logramos conciliar y dar un buen manejo con las dos primeras líneas, el uso de plaguicidas no debería ser una opción. Pero… ¿cómo llegar a ello?
Desde la infraestructura, es importante lograr un espacio donde el piso y las paredes sean lavables, y así evitar el cúmulo de restos de comida que puedan servir de fuentes de alimento para estos insectos. Junto con ello, es recomendable implementar un buen sistema de canaletas en la cocina y drenajes, que permita que el agua posterior a la limpieza se pueda canalizar fácilmente hacia los desagües evitando cúmulos de agua.
Como recomendación, también podemos señalar un sistema de ventilación acorde a los metros cuadrados del lugar. Junto a ello la mantención de la infraestructura, sellando constantemente y cambiando cerámicas en muros y pisos, ya que estos espacios podrían permitir un espacio seguro a las cucarachas para criar sus huevos.
La otra línea de trabajo es la cultural. Aquí es importante limpiar de manera correcta. Lo aconsejable es utilizar el mínimo de agua para evitar acumulaciones en lugares de difícil acceso. Este mismo estancamiento de agua podría permitir la movilización de restos de comida. También es aconsejable tener un manejo de residuos adecuado, es decir, realizar un retiro diario de basura, almacenar alimentos en recipientes sellados, y mantener un orden constante que nos permita tener control periódico de la limpieza del lugar.
En gran medida, estas recomendaciones nos permiten gozar de espacios que ambientalmente no serían adecuados y se presentarían como inhóspitos para estos visitantes indeseados en nuestras cocinas como son las cucarachas.